El impacto de esta noticia en la hinchada europea ha sido duro, pero ha tenido buena acogida ya que no habría otra manera responsable de actuar en esta crisis sanitaria mundial.
En un primer momento, cuando aún no conocíamos las dimensiones reales de la pandemia del coronavirus se estuvo planteando la posibilidad de continuar con la celebración del torneo sin público, a puerta cerrada. Pero a medida que los acontecimientos iban avanzando, concretamente, en el continente europeo las esperanzas iban disminuyendo.
A día de hoy, no se conoce la magnitud real que puede alcanzar este virus, aunque los científicos comienzan a hacerse una idea aproximada. Sin embargo, dar una fecha alternativa para aplazar este evento tan importante sería prácticamente imposible, ya que nadie conoce hasta cuando deberemos continuar sin hacer vida social, mucho menos realizar cualquier tipo de festejo o congregación de personas. Por lo cual, se dedujo que la mejor opción sería aplazar el festejo y la competición al año que viene, deseando que se pueda llevar a cabo con la normalidad habitual.
Debido a que el torneo se suele disputar en diferentes países todos los territorios miembros de la UEFA deberán clasificarse para poder tener un puesto en la fase final, esto significa que no existe una clasificación automática.
Según la UEFA lo que se pretende con este aplazamiento es no congestionar los calendarios ya que por culpa del coronavirus no solo se ha tenido que aplazar la Eurocopa. Competiciones como la Liga de clubes, la Champions League y la Europa League se han retrasado respectivamente del 30 de Mayo al 27 de Junio y del 27 de Mayo al 24 de Junio.
Por tanto, en las últimas semanas la UEFA informó con carácter oficial de esta suspensión, estableciendo el inicio de la Eurocopa el 11 de Junio del próximo año. De esta manera, los clubes contarían con suficiente tiempo como para celebrar sus respectivas competiciones.