Reglas para compras seguras en medio de la cuarentena por coronavirus

 

  1. Mantente apartado al menos 1,5 metros de otros clientes y del personal 

Mantente distanciado lo más posible de las personas cuando vayas en camino hacia la tienda y también cuando estés dentro de ella. Ten paciencia y espera tu turno para acceder a los productos que están en los refrigeradores y congeladores. Algunos supermercados ayudan con esto al limitar el número de personas que pueden estar adentro de la tienda en un momento dado.

Ahora bien, cuando estés esperando para cancelar tus compras, trata también de mantener distancia de los empleados. Si hay taquillas de auto-servicio, puede que no tengas otra opción que entrar en contacto con superficies que han sido manipuladas por muchas personas. Por lo tanto, debes evitar tocar tus ojos, nariz o boca hasta que te laves las manos. Algunas tiendas ofrecen gel antibacterial a sus clientes y limpian los carritos y cestas de compras entre usos.

 

 

  1. Haz tus compras solo, no en grupos.

Claramente hay excepciones para esto. Por ejemplo, padres solteros con niños pequeños que no se pueden quedar solos en casa, pero dentro de lo posible, intenta hacer tus compras solo. Eso reducirá el número de personas dentro de las tiendas, haciendo que sea más fácil lograr el distanciamiento físico. También reduce el número de personas expuestas a los exteriores en tu hogar. 

Recuerda: Los estudios muestran que, en promedio, las personas pueden ser portadores del coronavirus por cinco días antes de que desarrollen algún síntoma, y todo ese tiempo pueden estar esparciéndolo sin saberlo.

 

  1. Solo compra las cosas más esenciales y que de verás necesites.

Es natural que a las personas les preocupe estar atrapados dentro de sus hogares por tanto tiempo y quieran llenar sus alacenas. Sin embargo, las compras de pánico solo llevan a escasez de comida y de suministros médicos para la gente que depende de ellos. 

Ya se han visto reportes que denotan un incremento en los desperdicios de alimentos de personas que han acumulado bienes perecederos y no hay podido consumirlos a tiempo. Si todo el mundo compra solo lo que necesita, habrá suficiente para todos.