Desde que inicio la propagación del virus en las grandes naciones, las medidas preventivas y el confinamiento han sido las pautas a seguir para tratar de contener y disminuir las cifras de afectados. Un hecho sin precedentes se marca en la historia cuando millones de personas se han visto obligadas a permanecer la mayor cantidad de tiempo posible dentro de sus hogares.
Tráfico y transeúntes disminuidos, aire más puro
Las medidas tomadas por las autoridades españolas, sin duda que se han hecho notar. Y es que para los habitantes de Madrid era habitual levantarse muy temprano para ir a cumplir con sus actividades labores y académicas para evitar el tráfico, haciendo que la cantidad de personas en la calle siempre fuera elevada.
Este mismo tráfico que se ha visto disminuido por los toques de queda y el confinamiento masivo y es que quienes salen, ahora solo lo hacen para surtirse de alimentos. Los cambios son notables a simple vista. Dónde antes una nube espesa y grisácea era frecuente, ahora se ve un sol brillante, con nubes mucho más claras.
Visibilidad de la Sierra
Para muchos madrileños de edad avanzada ha sido un gran impacto ver desde sus ventanas, esas preciosas montañas que rodean la ciudad y que por efectos de la contaminación se había vuelto imposible ver. Estadísticamente hablando, se estima que la contaminación se redujo en un 57% en Madrid y hasta en un 70% en el interior del país.
Sin duda que no todo han sido malas noticias, los efectos del confinamiento no solamente ayudan a descender el número de infectados, sino que también le está permitiendo al mundo sanarse: a limpiar sus aires, sus fuentes de agua, sus montañas y sus espacios.